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https://www.elespectador.com/ – Cristina Oñate es la vicepresidenta de desarrollo de producto de la rama de carga de la aerolínea Latam, la primera empresa en el continente en obtener una certificación internacional para el transporte de medicinas y vacunas.

En esta entrevista, Oñate detalla cuáles son los obstáculos y temas para tener en cuenta a la hora de comenzar a transportar y distribuir masivamente en la región las vacunas contra el COVID-19. Asuntos que pasan por incrementos drásticos en volumen de carga, pero también en la variedad de requisitos para el transporte, que van atados a las condiciones específicas de cada uno de estos productos.

La distribución de una nueva vacuna viene con muchos retos, comenzando por los de capacidad y volumen. ¿Cuál es su lectura sobre este escenario?

En el mundo, el año pasado, se transportaron 1,8 mil millones de vacunas. Lo que se estima es que el 50 % de las dosis contra el COVID-19 van a tener que ser transportadas por aire. Hay un desafío de dimensión en pasar de mover 1.800 millones a mover 8.000 millones de vacunas. Si llevamos esto a Colombia, en un año normal se distribuyen unos 30 millones de vacunas y lo que se estima que debiera ser un ratio de vacunación efectivo sería mover entre 70 y 100 millones de vacunas contra el COVID-19.

Históricamente, las vacunas se transportan entre dos y ocho grados centígrados. Las de COVID-19 tienen otros requerimientos. Uno de los desafíos es que hay muchos tipos de vacunas: se están desarrollando en el mundo unos 80 tipos, y de estas unas 10 o 15 llevan la delantera. Entre ellas ya hay distintas condiciones de temperatura: AstraZeneca dice que su producto se movería entre dos y ocho grados, pero Pfizer habla de ultracongelación (-70 grados), la de Johnson & Johnson aseguran que requeriría -20 grados Celsius . Hay un reto de manejo de múltiples productos, con distintas necesidades, al mismo tiempo. Basados en nuestros acercamientos con los distintos gobiernos locales, vemos que los países están contemplando comprar vacunas de entre tres y seis orígenes distintos. Esto es un desafío enorme para el transporte y la distribución. Si contamos con que una persona tenga que recibir dos dosis, ahí hay un reto extra para garantizar que reciba de la misma vacuna que se puso la primera vez.

¿Qué otros retos logísticos supone esta tarea?

Todos los actores de la cadena, todos, queremos minimizar la pérdida que puede haber de producto por las distintas partes de la cadena de suministro: desde el productor que se lo entrega al agente de carga, que lo almacena, consolida, paletiza, transporta, pasa la aduana y los procesos de aceptación, lo recibe el consignatario. Hay muchos procesos y en medio puede pasar que parte del producto se eche a perder. Hay un desafío enorme de minimizar eso.

El transporte de productos farmacéuticos es probablemente el más sofisticado de todos en la industria de carga aérea: es el más sensible, uno de los de más alto valor y requiere procesos de manejo sofisticados. Lo que hacemos es que tenemos equipos dedicados al manejo de farmacéuticos y son especialmente capacitados para ello. Tenemos una red de estaciones que va creciendo en la medida en la que vamos necesitando mover en distintos orígenes y destinos. Actualmente, contamos con 28 estaciones y seguimos implementando. De estas, cinco están en Norteamérica, tres en Europa, por ejemplo. Actualmente tenemos cubiertos todos los posibles orígenes en el hemisferio norte y destinos en Latinoamérica.

¿Ya se están concretando negocios con los laboratorios y los gobiernos? ¿Qué tan avanzadas van esas conversaciones?

Nosotros empezamos a prepararnos para las vacunas alrededor del verano, o sea ya hace varios meses, y parte de la planificación ha consistido en acercarnos a todos los actores de la cadena, uno de ellos es la farmacéutica, pero creo que ha sido importante hablar con todos para aumentar los niveles de colaboración y planificar de forma conjunta. Esos acercamientos van evolucionando en la medida en la que exista la información para poder concretar acuerdos. En el fondo, y pensando un poco en el rol de cada uno de estos actores, tenemos que esperar a que los gobiernos tomen las decisiones de cuántas vacunas quieren comprar, a qué empresas farmacéuticas, desde qué orígenes y con qué calendario. Después de eso las farmacéuticas establecen ciertos requisitos de transporte conociendo a dónde va ese producto, cuánto tienen que mandar cada semana o cada mes y establecen ciertos criterios para trabajar con algunos operadores.

Por ejemplo, alguna de las vacunas que hemos visto contra el COVID-19 tienen que ir con una temperatura concreta, digamos cinco grados Celsius. En este caso se utiliza un contenedor de transporte farmacéutico, que se arriendan a determinados proveedores externos que dan servicio a todas las aerolíneas, y lo que se tiene que conocer es cómo manejarlos, son distintos a los de cualquier otro tipo de carga: o bien se enchufan o se manejan con hielo seco…

¿Latam estaría en capacidad de entregar vacunas en todos los países donde opera el negocio de carga o tiene que hacer inversiones adicionales para poder llevarlas?

Eso depende en gran parte en los calendarios que se establezcan de transporte de vacunas. Esto no va a pasar en ningún caso, pero si toda Latinoamérica justo compra vacunas para que lleguen la segunda semana de enero, no hay capacidad para llevar todas las vacunas en la misma semana. Pero justo por eso estamos haciendo ese acercamiento con todos para ir monitoreando los calendarios que se van concretando, para así nosotros poder dar el mejor servicio a todos, y si fuera necesario buscar capacidad adicional, estamos dispuestos a hacerlo: estamos viendo para expandir, tanto en tierra como en aire, lo que se requiera para poder traer las vacunas a nuestra región. Pero dependemos de ese calendario para poder concretar si es que necesitamos algo adicional o no.

¿Qué proyecciones tienen sobre cuántas vacunas podrían mover en la región?

No estamos haciendo un escenario de cuántas vacunas podríamos mover nosotros, sino que estamos viendo cuál podría llegar a ser la necesidad de Latinoamérica y qué tan rápido podríamos satisfacerla. Entonces lo que sí tenemos bien calculado es cuántas dosis podemos nosotros llevar en nuestros aviones: entre 2 y 2,5 millones de dosis, teniendo en cuenta los requerimientos de los que ya hemos hablado, porque algunos de estos limitan la capacidad de lo que puede meterse en un avión.

¿Cuáles son los números de transporte de este tipo de carga actualmente?

Nosotros movemos unas 100 toneladas por semana de medicinas y vacunas con temperatura controlada. Para entender mejor el tema es bueno saber que una tonelada de vacunas, más o menos, son entre 200 mil y 250 mil dosis de vacunas. Y a la semana movemos entre 20 mil y 25 mil dosis, constantemente, durante todo el año, todos los años. El desafío será mover la nueva vacuna por los volúmenes que ya discutimos.

¿Qué se requiere para poder transportar medicinas y vacunas?

Latam, a través de su unidad de carga, lleva transportando medicinas y vacunas durante muchísimos años. La industria en su totalidad ha ido sofisticando este tipo de transporte en la medida en la que las vacunas y las medicinas iban evolucionando y requiriendo ciertos atributos más sofisticados. Y, en este sentido, la industria como un todo sacó, en 2016, una certificación mundial de transporte de medicinas y vacunas que se llama CEIV Pharma, que es Center of Excellence of Independent Validators. Y lo que tiene es que auditores independientes externos vienen a revisar tus procesos para certificar que cumples todos los estándares mundiales de manejo de productos con temperatura controlada. Esta certificación es bien amplia, porque se basa en otras que existen de manera más regional o local. Esta, generada por la IATA (gremio global de las aerolíneas), lo que pretendía era estandarizar y dar un nivel internacional al manejo de productos farmacéuticos. En Latam Cargo nos certificamos en marzo de 2017. Fuimos la primera aerolínea en certificarnos en todo el continente americano. Esta certificación dura tres años y en 2020 nos estamos volviendo a certificar.

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https://www.elespectador.com/ – Cristina Oñate is the vice president of product development for the cargo arm of Latam airline, the first company in the continent to obtain an international certification for the transport of medicines and vaccines.

In this interview, Oñate details what are the obstacles and issues to consider when starting to mass transport and distribute vaccines against COVID-19 in the region. Issues that go through drastic increases in cargo volume, but also in the variety of requirements for transport, which are tied to the specific conditions of each of these products.

The distribution of a new vaccine comes with many challenges, starting with capacity and volume. What is your reading on this scenario?

In the world last year, 1.8 billion vaccines were transported. It is estimated that 50% of the doses against COVID-19 will have to be transported by air. There is a dimension challenge in moving from moving 1.8 billion to moving 8 billion vaccines. If we take this to Colombia, in a normal year about 30 million vaccines are distributed and what should be an effective vaccination ratio would be to move between 70 and 100 million vaccines against COVID-19.

Historically, vaccines are transported between two and eight degrees Celsius. COVID-19 vaccines have other requirements. One of the challenges is that there are many types of vaccines: some 80 types are being developed in the world, of which some 10 or 15 are ahead. Among them there are already different temperature conditions: AstraZeneca says that its product would move between two and eight degrees, but Pfizer speaks of ultrafreezing (-70 degrees), that of Johnson & Johnson assure that it would require -20 degrees Celsius. There is a challenge of managing multiple products, with different needs, at the same time.

Based on our approaches to different local governments, we see that countries are contemplating buying vaccines from three to six different backgrounds. This is a huge challenge for transport and distribution. If we expect a person to get two doses, there’s an extra challenge to make sure they get the same vaccine they got the first time around.

 What other logistical challenges does this task pose?

All the actors in the chain, all of us, want to minimize the loss that may be of product by the different parts of the supply chain: from the producer who delivers it to the Cargo agent, who stores, consolidates, palletizes, transports, passes customs and acceptance processes, is received by the consignee. There are many processes and in between it can happen that part of the product is spoilt. There is a huge challenge to minimize that.

The transport of pharmaceuticals is probably the most sophisticated of all in the air Cargo industry: it is the most sensitive, one of the highest values and requires sophisticated handling processes. What we do is we have teams dedicated to the management of pharmaceuticals and they are specially trained for it. We have a network of stations that is growing as we need to move in different origins and destinations. We currently have 28 stations and we are still implementing them. Of these, five are in North America, three in Europe, for example. We currently cover all possible origins in the northern hemisphere and destinations in Latin America.

 Are businesses with laboratories and governments already taking shape? How advanced are those conversations?

We started preparing for the vaccines around the summer, that is already several months ago, and part of the planning has been to approach all the actors in the chain, one of them is the pharmaceutical, but I think it has been important to talk to everyone to increase levels of collaboration and to plan together. These approaches are evolving to the extent that information is available to enable agreements to be made. Deep down, and thinking a little bit about the role of each of these actors, we have to wait for governments to make decisions about how many vaccines they want to buy, to which pharmaceutical companies, from which origins and with what timetable.

For example, some of the vaccines we’ve seen against COVID-19 must go with a specific temperature, say five degrees Celsius. In this case, a pharmaceutical transport container is used, which is rented to certain external suppliers that service all airlines, and what you have to know is how to handle them, are different from those of any other type of cargo: either plug in or run on dry ice…

 Would Latam be able to deliver vaccines in all the countries where the cargo business operates, or does it have to make additional investments to carry them?

This largely depends on the timing of vaccine transport. This is not going to happen in any case, but if all Latin America just buys vaccines to arrive in the second week of January, there is no capacity to carry all the vaccines in the same week. But just for that reason we are making that approach with everyone to be monitoring the calendars that are materializing, so that we can give the best service to all, and if it is necessary to look for additional capacity, we are willing to do it: We are seeing to expand, both on land and in the air, what is required to bring vaccines to our region. But we depend on that timetable to be able to determine whether we need something additional.

 What are their projections of how many vaccines they could move in the region?

We’re not doing a scenario of how many vaccines we could move, but we’re seeing what the need for Latin America might be and how quickly we could meet it. So what we do have well calculated is how many doses we can carry on our planes: between 2 and 2.5 million doses, taking into account the requirements we have already talked about, because some of these limit the capacity of what can get into an airplane.

 What are the transport numbers for this type of cargo at present?

We move about 100 tons a week of temperature-controlled medicines and vaccines. To better understand the issue, it’s good to know that one ton of vaccines is between 200,000 and 250,000 doses of vaccines. And a week we move between 20,000 and 25,000 doses, constantly, throughout the year, every year. The challenge will be to move the new vaccine through the volumes we’ve already discussed.

 What is required to transport medicines and vaccines?

Latam, through its cargo unit, has been transporting medicines and vaccines for many years. The industry has been sophisticating this type of transport as vaccines and medicines were evolving and requiring certain more sophisticated attributes. And, in this sense, the industry took out, in 2016, a worldwide certification of transportation of medicines and vaccines called CEIV Pharma, which is the Center of Excellence of Independent Validators. And what it has is that external independent auditors come to review your processes to certify that you meet all the global standards of controlled temperature product management.

This certification is very broad, because it is based on others that exist more regionally or locally. This, generated by the IATA (global airline guild), was intended to standardize and give an international level to the management of pharmaceutical products. At Latam Cargo we certified in March 2017. We were the first airline to certify in the entire Americas. This certification lasts three years and in 2020 we are re-certifying ourselves.

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https://www.elespectador.com/ – Cristina Oñate é vice-presidente de desenvolvimento de produtos do ramo de cargas da companhia aérea Latam, a primeira empresa do continente a obter uma certificação internacional para o transporte de medicamentos e vacinas.

Nesta entrevista, Oñate detalha quais são os obstáculos e questões a serem levadas em consideração ao começar a transportar e distribuir maciçamente as vacinas COVID-19 na região. Questões que passam por aumentos drásticos no volume de carga, mas também pela variedade de necessidades de transporte, que estão atreladas às condições específicas de cada um desses produtos.

A distribuição de uma nova vacina apresenta muitos desafios, começando pelos de capacidade e volume. Qual é a sua leitura sobre este cenário?

No mundo, no ano passado, foram transportados 1,8 bilhão de vacinas. O que se estima é que 50% das doses contra a COVID-19 terão que ser transportadas por via aérea. Há um desafio de dimensão em passar de mover 1,8 bilhão para mover 8 bilhões de vacinas. Se levarmos isso para a Colômbia, em um ano normal cerca de 30 milhões de vacinas são distribuídas e o que se estima ser uma taxa de vacinação efetiva seria mover entre 70 e 100 milhões de vacinas contra COVID-19.

Historicamente, as vacinas são transportadas entre dois e oito graus Celsius. As da COVID-19 têm outros requisitos. Um dos desafios é que existem muitos tipos de vacinas: cerca de 80 tipos estão sendo desenvolvidos no mundo, e destes cerca de 10 ou 15 estão à frente. Entre eles já existem diferentes condições de temperatura: a AstraZeneca diz que seu produto se moveria entre dois e oito graus, mas a Pfizer fala em ultracongelamento (-70 graus), a Johnson & Johnson afirma que exigiria -20 graus Celsius. Existe o desafio de gerenciar vários produtos, com diferentes necessidades, ao mesmo tempo. Com base em nossas abordagens com os vários governos locais, vemos que os países estão considerando comprar vacinas de três a seis origens diferentes. Este é um grande desafio para transporte e distribuição. Se contarmos que uma pessoa terá que receber duas doses, há um desafio extra de garantir que receba a mesma vacina que foi dada na primeira vez.

Que outros desafios logísticos esta tarefa apresenta?

Todos os atores da cadeia, todos nós, queremos minimizar a perda que possa haver de produto nas diferentes partes da cadeia de abastecimento: desde o produtor que é entregado ao despachante, que armazena, consolida, paletiza, transporta, passa pelos processos aduaneiros e de aceitação, recebidos pelo consignatário. Existem muitos processos e entre eles pode acontecer que parte do produto se estrague. Existe um grande desafio em minimizar isso.

O transporte de produtos farmacêuticos é provavelmente o mais sofisticado de todos na indústria de carga aérea: é o mais sensível, de maior valor e requer processos de manuseio sofisticados. O que fazemos é ter equipes dedicadas ao tratamento de farmacêuticos e especialmente formadas para isso. Temos uma rede de estações que está crescendo à medida que precisamos nos mudar para diferentes origens e destinos. Atualmente, contamos com 28 estações e continuamos implantando. Destas, cinco estão na América do Norte, três na Europa, por exemplo. Atualmente, temos todas as origens possíveis no hemisfério norte e destinos na América Latina cobertos.

Já estão ocorrendo negócios com laboratórios e governos? Quão avançadas são essas conversas?

Começamos a preparar as vacinas por volta do verão, ou seja, há vários meses, e parte do planejamento consistia em abordar todos os atores da rede, um deles é a farmacêutica, mas acho que tem sido importante conversar com todos para aumentar os níveis de colaboração e planejamento em conjunto. Essas abordagens vão evoluindo na medida em que existem informações para poder concluir acordos. No fundo, e pensando um pouco sobre o papel de cada um desses atores, temos que esperar que os governos tomem decisões sobre quantas vacinas querem comprar, de quais farmacêuticas, de quais origens e com que calendário. Depois disso, as empresas farmacêuticas estabelecem certos requisitos de transporte sabendo para onde vai aquele produto, quanto têm que enviar a cada semana ou a cada mês e estabelecem alguns critérios para trabalhar com alguns operadores.

Por exemplo, algumas das vacinas que vimos contra a COVID-19 têm que ir com uma temperatura específica, digamos cinco graus Celsius. Neste caso, utiliza-se um contêiner de transporte farmacêutico, que é alugado a determinados fornecedores externos que prestam serviço a todas as companhias aéreas, e o que é preciso saber é como manuseá-los, são diferentes dos de qualquer outro tipo de carga: ou conectado ou manuseado com gelo seco …

A Latam conseguiria entregar vacinas em todos os países onde opera o negócio de cargas ou precisa fazer investimentos adicionais para poder tomá-las?

Isso depende muito dos esquemas de transporte de vacinas que são estabelecidos. Isso não vai acontecer, mas se toda a América Latina comprar vacinas para chegarem na segunda semana de janeiro, não haverá capacidade para transportar todas as vacinas na mesma semana. Mas é justamente por isso que estamos fazendo essa abordagem com todos para monitorar os calendários que estão sendo especificados, para que possamos dar o melhor atendimento a todos, e se for necessário buscar capacidade adicional, estamos dispostos a fazê-lo: estamos buscando expandir, em terra e no ar, o que for necessário para trazer as vacinas para a nossa região. Mas dependemos desse calendário para podermos especificar se precisamos de algo adicional ou não.

Que projeções você tem sobre quantas vacinas podem ser movidas na região?

Não estamos fazendo um cenário de quantas vacinas poderíamos mover, mas estamos olhando para onde pode se tornar a necessidade na América Latina e com que rapidez poderemos atendê-la. Assim, o que temos bem calculado é quantas doses podemos carregar em nossos aviões: entre 2 e 2,5 milhões de doses, levando em consideração os requisitos que já falamos, porque alguns deles limitam a capacidade do que pode entrar em um avião.

Quais são os números de transporte para este tipo de carga hoje?

Movimentamos cerca de 100 toneladas por semana de medicamentos e vacinas com temperatura controlada. Para entender melhor o assunto, é bom saber que uma tonelada de vacinas, mais ou menos, está entre 200 mil e 250 mil doses de vacinas. E uma semana passamos entre 20.000 e 25.000 doses, constantemente, ao longo do ano, todos os anos. O desafio será mover a nova vacina pelos volumes que já discutimos.

O que é necessário para transportar medicamentos e vacinas?

A Latam, por meio de sua unidade de carga, transporta medicamentos e vacinas há muitos anos. A indústria como um todo se tornou mais sofisticada nesse tipo de transporte à medida que vacinas e medicamentos foram evoluindo e exigindo alguns atributos mais sofisticados. Nesse sentido, a indústria como um todo lançou, em 2016, uma certificação global para o transporte de medicamentos e vacinas denominada CEIV Pharma, que é o Centro de Excelência de Validadores Independentes. E o que acontece é que auditores externos independentes vêm revisar seus processos para certificar que você atende a todos os padrões mundiais de manuseio de produtos com temperatura controlada. Esta certificação é muito ampla, porque se baseia em outras que existem de forma mais regional ou local. Ela foi gerada pela IATA (união global de companhias aéreas), e o que se pretendia era padronizar e dar um nível internacional à movimentação de produtos farmacêuticos. Na Latam Cargo, fomos certificados em março de 2017, sendo a primeira companhia aérea certificada em todo o continente americano. Essa certificação tem duração de três anos e em 2020 estamos recertificando.

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