Las plantas, fácilmente, sufren de disecación, lo cual, aunque no es, regularmente, visible de forma inmediata, puede tener serios efectos subsecuentes. Es esencial proteger, particularmente, las raíces de las plantas contra vientos fuertes, contra el sol y contra el calor excesivo en el tránsito.
Las plantas, particularmente, los arbustos con brotes ligeramente inclinados como alheña, sufren de calentamiento y sudoración debido a ventilación inadecuada durante el tránsito. Los brotes blandos y las hojas mueren por un sobrecalentamiento, pero, usualmente, aún hay vida en los tallos de más abajo y en las raíces, así que las plantas pueden ser cortadas y plantadas nuevamente con grados variantes de éxito.
Las plantas también sufren por el calor y el congelamiento, pero, si se les permite descongelarse naturalmente, pueden recuperarse por completo o, al menos, en una extensión considerable.
Se acepta que las plantas, generalmente, no viajan bien, pero aparte del daño evidente causado por impacto o por mala manipulación, etc., hay daños adicionales asociados con la tensión. La exanimación por parte de expertos puede identificar las plantas muertas o dañadas como resultado directo de causas fisiológicas y no de pestes o enfermedades.
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Datos de interes
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Origen | – |
Factor de estiba (en m3/t) | – |
Humedad | – |
Ventilación | – |
Factores de riesgo | – |