Escrito por: Emilio Rodríguez – BSE – Banco de Seguros del Estado Uruguay 

Los nacidos en los 80, como en mi caso, solíamos asociar a la Inteligencia Artificial (IA) con una idea futurista impulsada por la ciencia ficción. Sin embargo, el concepto de IA surgió en la mitad del siglo XX, cuando se realizaron los primeros intentos por dotar a las máquinas de capacidades comparables a las humanas (Turing-1950)1. 

El rápido crecimiento del poder computacional, el poder disponer de grandes volúmenes de datos (big data) y los avances en algoritmos de aprendizaje automático – especialmente el aprendizaje profundo (deep learning)- han impulsado el desarrollo hasta la actualidad. Estos avances han posibilitado que las máquinas reconozcan imágenes, traduzcan idiomas, generen textos y tomen decisiones con niveles de precisión previamente inalcanzables.   

Actualmente, la IA ha dejado de ser una fantasía para ser parte integral de nuestra vida cotidiana, a menudo de manera imperceptible. Desde realizar consultas a asistentes virtuales en dispositivos móviles, recibir indicaciones sobre la mejor ruta cuando conducimos, hasta obtener recomendaciones personalizadas en redes sociales y plataformas de streaming, la IA influye de manera significativa en nuestra experiencia digital. 

Aunque la implementación de la inteligencia artificial en el sector asegurador ya es una realidad, su adopción en el ámbito de los seguros marítimos avanza a un ritmo más lento debido a las particularidades de un sector tradicional, especializado y menos masivo. No obstante, existen aplicaciones transversales y otras específicas que están comenzando a aparecer en el mercado.   

Eficiencia en Alta Mar   

Sin dudas de que uno de los mayores saltos en la IA y más divulgados en la actualidad son los Chatbots con modelos generativos de lenguaje. Estos han mejorado la atención al cliente mediante soluciones inmediatas y personalizadas. Los chatbots actuales impulsados por esta tecnología brindan una experiencia de interacción mucho más natural y fluida que la que ofrecían los antiguos sistemas limitados a respuestas estructuradas en un guion rígido, los cuales a menudo terminaban por derivar la consulta a una persona de atención al cliente. Ahora la nueva inteligencia entiende pedidos más complejos, asesora y propone soluciones a cada usuario, mejorando asi la experiencia del cliente. Esto sumado al procesamiento automático de formularios y documentos, reduce los tiempos de aprobación de solicitudes de cotización de seguros nuevos o de renovaciones   

En la gestión de siniestros, la IA automatiza el análisis de informes, detectando inconsistencias, faltantes de documentación y analizando fotos, con una eficacia que se traduce en liquidaciones más rápidas.  

Recientemente, en el último foro de Alsum en España (ALSUM, 2025)2, Claudia Bautista nos mostraba que ya hay compañías aseguradoras que aprovechan los dispositivos telemáticos incorporados en buques para monitorear el comportamiento en la navegación. Con ello se logra reducir la siniestralidad y aplicar una mejor tarifa en forma individualizada, gracias a que se conoce mejor el riesgo con los datos en tiempo real 

Navegando en Aguas turbulentas 

El avance de la IA plantea nuevos retos. Cuestiones éticas, la privacidad de los datos y la automatización del empleo, están generando debates sobre cómo regular su desarrollo y el uso responsable. 

Los modelos entrenados de IA con datos históricos pueden perpetuar sesgos. La nueva Ley Europea sobre IA (2024)3 exige transparencia en decisiones «de alto riesgo» como podría ser un rechazo de cobertura. Esto obliga a las aseguradoras a implementar mayor supervisión humana y mejorar la trazabilidad de los algoritmos utilizados para la evaluación de riesgos o la determinación de las primas. 

Los buques modernos, como comentaba previamente, con cientos de sensores y sistemas conectados, pueden monitorear la navegación, maquinaria y carga. Lo que mejora la gestión, también amplía la oportunidad de ataques para los hackers. La ciberseguridad entonces es otra preocupación urgente, basta recordar el caso “NotPetya” que afectó a la naviera Maersk en el 2017 para tener en cuenta el riesgo creciente.   

La integración tecnológica muchas veces choca con la realidad de muchas empresas que aún operan con sistemas legacy y que no encajan fácilmente con soluciones modernas, ya sea por la complejidad técnica, económica o por la resistencia cultural al cambio.  

A esto se suma la brecha de talento especializado. Sabemos lo difícil que es conseguir especialistas en un ramo tan específico como el marítimo, y cuánto tiempo lleva capacitarlo internamente, si a eso se le suma la demanda que habrá de especialistas en IA y manejo de datos, el desafío es mayor. 

El uso de la IA en el proceso educativo será fundamental para crear las nuevas competencias necesarias. La Alfabetización en IA desde las escuelas deberá popularizar su uso, asegurando que sea inclusivo y equitativo, y que no se generen brechas para poder utilizar las herramientas. (UNESCO -2025) 4.

Inteligencia amplificada, no reemplazada 

Como vaticina Leopold Aschenbrenner (2024)5, el cambio es constante y es probable que el desarrollo de la IA que hemos visto en estos ultimos años se vea incrementado en forma exponencial. Las noticias actuales, como la inversión multimillonaria que recientemente anunció el gobierno de EEUU, que incluye la construcción de data centers, promover plantas de semiconductores y mejorar el sistema eléctrico, sumado a la nueva entrada de Nvidia como proovedor de hardware a China, indica que ya ha comenzado la carrera hacia una Inteligencia Artificial General (IAG) 

La IA va a transformar la suscripción de seguros haciéndola más precisa, eficiente y adaptable. Aquellos que logren transitar el camino hacia una sana combinación de IA con la experiencia humana (Inteligencia Amplificada), serán más eficientes y competitivos, mejorando así la rentabilidad y la satisfacción del cliente. 

Aún con este desarrollo exponencial, en mi opinión, la IA o IAG no eliminará al suscriptor, pero su rol deberá evolucionar rápidamente hacia una gestión más estratégica validando modelos y tomando decisiones en situaciones aún más complejas.  

Al final de cuentas, el seguro no solo es un contrato basado en datos, sigue siendo y será una relación de confianza y de promesas cumplidas entre personas.  


  1. Turing, A. M. (1950). Computing machinery and intelligence.Mind, 59(236), 433–460. 
  2. ALSUM. (2025, 11 de junio). Memorias del Foro ALSUM Madrid.https://alsum.co/memorias_alsum/memorias-foro-madrid-11-de-junio-2025/ 
  3. European Union. (2024). Artificial Intelligence Act. https://artificialintelligenceact.eu 
  4. UNESCO. (2025, 15 de abril). Inteligencia artificial y educación. https://www.unesco.org/es/digital-education/artificial-intelligence?hub=32618
  5. Aschenbrenner, L. (2024). Situational Awareness: The Decade Ahead https://situational-awareness.ai/wp-content/uploads/2024/06/situationalawareness.pdf