Un ladrillo tras otro, Amazon se ha ido convirtiendo en una empresa de entrega de paquetes para satisfacer no solo a los compradores de Amazon, sino también a cualquier otra persona que quisiera trasladar bienes de un lugar a otro.Y nada de esto ha sido un secreto, ya que ninguna compañía puede mantener sus aviones ocultos.
Pero cuando se les pregunta a los ejecutivos de Amazon si están tratando de convertirse en otro FedEx o UPS, dicen que sus camiones, bodegas, aviones y controladores de entrega tienen la intención de complementar los proveedores de envío existentes cuando sea necesario y mejorar el servicio para los compradores de Amazon.
Esta explicación no era del todo creíble, por supuesto, y Amazon ya no puede negarlo, prontamente será competidor de FedEx y UPS.
Giro en Norteamérica
El Wall Street Journal informó el 9 de febrero que Amazon planea por primera vez recoger encomiendas de negocios y enviarlos a sus clientes. Inicialmente, la opción de entrega de Amazon será solo en Los Ángeles- California, EE. UU.- y solo para compañías que vendan productos a través de la web de Amazon. Estos son pequeños pasos, pero son importantes simbólicamente. No se detendrá con una ciudad o un tipo de cliente. Amazon todavía no puede manejar todas las entregas, pero este es el primer movimiento directo de la compañía hacia los territorios de FedEx y UPS.
Hace dos años, Fred Smith, economista del Davidson College, dijo a los analistas bursátiles que las preocupaciones respecto a Amazon sacudiendo a la industria del envío de encomiendas fueron “alimentadas por informes fantásticos”. “Con toda probabilidad, los principales proveedores de envíos de comercio electrónico en el futuro previsible serán UPS, el Servicio Postal de EE. UU. Y FedEx”, aseguró Smith.
Está claro que el servicio de entrega de Amazon no tendrá el alcance de UPS, FedEx o el Servicio Postal Express, y tal vez no por algunos años. Construir una compañía naviera global es un trabajo minucioso y costoso. FedEx tiene 47 años. Amazon se ha empeñado en construir su propia infraestructura de envíos solo desde 2013, cuando los proveedores de entrega de la compañía no pudieron con un aumento en los pedidos de Amazon durante la temporada navideña.
¿Pero alguien está dispuesto a apostar que llevará décadas para que Amazon convierta su mosaico de almacenes y operaciones de entregas interurbanas en una red de envío hecha y derecha? Apostar contra Jeff Bezos, fundador y CEO de Amazon, nunca es sabio, especialmente cuando su compañía ha demostrado que habla en serio acerca de perfeccionar sus habilidades de envío.
Amazon en 2017 invirtió US$13.200 millones en almacenes y otras implementaciones logísticas para sus operaciones en Norteamérica, según se desprende de las declaraciones de valores que combinan el gasto de capital en efectivo de Amazon con sus adiciones de bienes inmuebles físicos bajo arrendamientos y otros arreglos de financiamiento. Eso fue cinco veces la cifra invertida en 2015. En comparación, FedEx y United Parcel Service Inc. invirtieron cada uno más de US$5 mil millones en gastos de capital en el último año. Este aumento de gastos se ajusta al patrón de Amazon: cuando ve potencial en una nueva área de negocios, pone su pie en el acelerador.
Un detalle aclaratorio puede ser, de acuerdo a Bloomberg Businessweek, que los ejecutivos de Amazon han cambiado ligeramente su discurso sobre sus ambiciones de entrega de encomiendas. De hecho, recientemente, el CFO de Amazon dio la indicación más clara (para Amazon) de que su compañía planea aplicar sus operaciones más allá de las entregas propias de comercio electrónico de Amazon: “Aunque tenemos una fuerte red de socios aquí, siempre podremos aprovechar nuestra fortaleza y nuestro conocimiento sobre hacia dónde se dirigen los envíos, tanto dentro de nuestra red como a los clientes finales que nos crearán oportunidades”, aseguró.[:]