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Seguros marítimosk Alsum iberoaméricaNoticia de: www.project-syndicate.org

Por. SÃDANI RODRIK

CAMBRIDGE – Las  crisis vienen en dos variantes: aquellas para las que no podíamos estar preparados, porque nadie las había anticipado, y aquellas para las que deberíamos haber estado preparados, porque en verdad eran esperables. El COVID-19 entra en la segunda categoría, no importa lo que diga el presidente norteamericano, Donald Trump, para eludir responsabilidades por la catástrofe que se está desarrollando. Aunque el propio coronavirus es nuevo y el momento en que se produjo el brote actual podría no haberse previsto, los expertos reconocían que una pandemia de este tipo era probable.

Los brotes de SARS, MERS, H1N1 y ébola, entre otros, habían ofrecido grandes advertencias. Hace quince años, la Organización Mundial de la Salud revisó y actualizó el marco global para responder a los brotes, intentando reparar las deficiencias percibidas en la respuesta global que se experimentaron durante el brote del SARS en 2003.

En 2016, el Banco Mundial lanzó un Mecanismo de Financiamiento de Emergencia para Casos de Pandemia para ofrecer asistencia a los países de bajos ingresos frente a crisis sanitarias transfronterizas. Lo más curioso es que, pocos meses antes de que estallara el COVID-19 en Wuhan, China, un informe del gobierno de Estados Unidos advirtió a la administración Trump sobre la posibilidad de una pandemia de gripe de la magnitud de la epidemia de gripe hace cien años, que acabó con la vida de unos 50 millones de personas en todo el mundo.

Sin embargo, en su mayor parte, la crisis se ha desarrollado de maneras que se podrían haber previsto a partir de la naturaleza de la gobernanza prevaleciente en diferentes países. La actitud incompetente, chapucera y de autoengrandecimiento de Trump para gestionar la crisis no podía haber sido una sorpresa, tan letal como lo ha sido. De la misma manera, el igualmente engreído y caprichoso presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fiel a su costumbre, ha seguido minimizando los riesgos.

Lea la noticia completa y original en: www.project-syndicate.org

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[:en] FERNANDO HENRIQUE CARDOSO, RICARDO LAGOS, JUAN MANUEL SANTOS, ERNESTO ZEDILLO SÃO PAULO/SANTIAGO/BOGOTÁ/MEXICO CITY – La pandemia de COVID-19 es una conmoción inédita, de duración incierta y consecuencias catastróficas que, si no es abordada adecuadamente, podría convertirse en uno de los episodios más trágicos de la historia de América Latina y el Caribe. La supresión de la epidemia debe ser nuestra prioridad principal. América Latina debería centrarse en mejorar sus sistemas de salud, canalizar recursos a hospitales, adaptar temporalmente la infraestructura inactiva y aumentar drásticamente la capacidad de testeo. Todo esto debe hacerse mientras protegemos el bienestar de nuestra gente y la salud de nuestras economías. Los líderes latinoamericanos deben hacer un llamado enérgico a la cooperación internacional para enfrentar la crisis, condenando los controles a la exportación de suministros médicos y demás recursos críticos, y exigiendo un incremento de fondos para la Organización Mundial de la Salud. Se necesita una coordinación global más sólida entre las autoridades de salud para mejorar la capacidad de realizar pruebas, tratar y aislar a los pacientes, y desarrollar una vacuna que será la única solución definitiva para la pandemia de Covid-19. Las compañías farmacéuticas deben ayudar a los países con materiales reactivos para ampliar el número de pruebas,  con acceso libre a la tecnología para producirlos.
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La región ha recibido un impacto económico de proporciones. A la disminución de los volúmenes y precios de exportación, pérdida de ingresos del turismo y las remesas, y grandes salidas de capital, en las economías latinoamericanas se suma ahora la interrupción masiva de la producción nacional. Es esencial avanzar con políticas audaces para proteger los ingresos de las personas y los hogares, incluyendo transferencias en efectivo para aquellos que quedan en una posición vulnerable por la crisis, entre ellos los trabajadores informales e independientes que no tienen acceso a subsidios de empleo o al seguro de desempleo. Para preservar empleos e ingresos de los trabajadores, es necesario ayudar a las empresas, acompañándolas durante el período de distanciamiento social, y estimulándolas en la recuperación posterior. Los subsidios para el pago de salarios, condicionados al mantenimiento de la nómina, protegen tanto a empresas como a trabajadores y son cruciales para una rápida mejora de la economía. Por el contrario, si no se evitan las quiebras generalizadas, la próxima víctima de la crisis sería el sistema bancario, con lo que el sistema de pagos y la economía en su conjunto correrían el riesgo de colapsar. Lea la noticia completa y original en: https://www.project-syndicate.org/commentary/latin-america-confronts-coronavirus-by-fernando-henrique-cardoso-et-al-2020-04/spanish [:pb] FERNANDO HENRIQUE CARDOSO, RICARDO LAGOS, JUAN MANUEL SANTOS, ERNESTO ZEDILLO SÃO PAULO/SANTIAGO/BOGOTÁ/MEXICO CITY – La pandemia de COVID-19 es una conmoción inédita, de duración incierta y consecuencias catastróficas que, si no es abordada adecuadamente, podría convertirse en uno de los episodios más trágicos de la historia de América Latina y el Caribe. La supresión de la epidemia debe ser nuestra prioridad principal. América Latina debería centrarse en mejorar sus sistemas de salud, canalizar recursos a hospitales, adaptar temporalmente la infraestructura inactiva y aumentar drásticamente la capacidad de testeo. Todo esto debe hacerse mientras protegemos el bienestar de nuestra gente y la salud de nuestras economías. Los líderes latinoamericanos deben hacer un llamado enérgico a la cooperación internacional para enfrentar la crisis, condenando los controles a la exportación de suministros médicos y demás recursos críticos, y exigiendo un incremento de fondos para la Organización Mundial de la Salud. Se necesita una coordinación global más sólida entre las autoridades de salud para mejorar la capacidad de realizar pruebas, tratar y aislar a los pacientes, y desarrollar una vacuna que será la única solución definitiva para la pandemia de Covid-19. Las compañías farmacéuticas deben ayudar a los países con materiales reactivos para ampliar el número de pruebas,  con acceso libre a la tecnología para producirlos.
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La región ha recibido un impacto económico de proporciones. A la disminución de los volúmenes y precios de exportación, pérdida de ingresos del turismo y las remesas, y grandes salidas de capital, en las economías latinoamericanas se suma ahora la interrupción masiva de la producción nacional. Es esencial avanzar con políticas audaces para proteger los ingresos de las personas y los hogares, incluyendo transferencias en efectivo para aquellos que quedan en una posición vulnerable por la crisis, entre ellos los trabajadores informales e independientes que no tienen acceso a subsidios de empleo o al seguro de desempleo. Para preservar empleos e ingresos de los trabajadores, es necesario ayudar a las empresas, acompañándolas durante el período de distanciamiento social, y estimulándolas en la recuperación posterior. Los subsidios para el pago de salarios, condicionados al mantenimiento de la nómina, protegen tanto a empresas como a trabajadores y son cruciales para una rápida mejora de la economía. Por el contrario, si no se evitan las quiebras generalizadas, la próxima víctima de la crisis sería el sistema bancario, con lo que el sistema de pagos y la economía en su conjunto correrían el riesgo de colapsar. Lea la noticia completa y original en: https://www.project-syndicate.org/commentary/latin-america-confronts-coronavirus-by-fernando-henrique-cardoso-et-al-2020-04/spanish [:]