[:es]https://www.portafolio.co – Desde las primeras semanas de la pandemia, el presidente ruso ordena al aparato científico, político y militar lanzarse a la batalla para que Rusia sea la primera en desarrollar una vacuna.

Para ello, las autoridades rusas están listas a tomar atajos. En la primavera boreal de 2020, el director del instituto de investigación Gamaleya, Alexander Guintsburg se jacta de haber desarrollado el producto.

Él mismo se inyectó una versión experimental de lo que se convertiría en la Sputnik V. El 11 de agosto, Putin anuncia la homologación de la primera vacuna anti-coronavirus en el mundo, una proclamación recibida con escepticismo en el extranjero, ya que solo ha sido probada en algunas decenas de militares.

En realidad, incluso antes de los ensayos de Fase 3 con decenas de miles de voluntarios, la élite rusa ya disponía del producto, como ocurrió con una de las hijas de Putin. La vacunación de la población comenzó en diciembre de 2020, en el mismo momento en que Europa y Estados Unidos distribuían las primeras vacunas desarrolladas por sus firmas farmacéuticas.

Ambiciones

Para el Kremlin, la vacuna demuestra la excelencia de una Rusia despreciada y sancionada por Occidente. Putin califica a la Sputnik V como la «mejor vacuna del mundo».

La elección del nombre es altamente simbólico. Es un homenaje al primer satélite del mundo, lanzado por la Unión Soviética en 1957, y recuerda una proeza científica y una dura derrota para el archienemigo Estados Unidos.

Se trata también del regreso de la investigación rusa a la élite científica mundial. Este sector había resultado muy afectado por las crisis y la corrupción desde la caída de la URSS. Rusia demostró rápidamente su voluntad de distribuir la vacuna en el mundo, para probar que sabía hacer más que exportar armas, minerales e hidrocarburos.

La Sputnik V fue homologada en más de quince países: desde vecinos exsoviéticos como Bielorrusia o Armenia hasta aliados como Venezuela e Irán, pero también en Corea del Sur, Argentina, Argelia, Túnez y Pakistán. –

¿LA SPUTNIK V EN EUROPA?

La vacuna rusa fue tratada durante mucho tiempo con desconfianza por el apuro ruso y la ausencia de datos científicos publicados. El fondo soberano ruso, que participó en el desarrollo de la Sputnik V, anunció el 20 de enero haber iniciado el procedimiento de homologación ante la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).

La Hungría de Viktor Orban lo hizo de manera separada, denunciando la lentitud europea. La canciller alemana Angela Merkel propuso una ayuda alemana para este procedimiento europeo y una posible «producción conjunta».

CAPACIDAD DE PRODUCCIÓN

Rusia dice haber recibido pedidos por más de mil millones de dosis, pero no está en condiciones de satisfacer semejante demanda. Ninguna fuente oficial ha dicho con claridad cuántas dosis se han fabricado o distribuido hasta el momento. La autoridades solo han hablado de 1,5 millones de inyecciones en todo el mundo hasta mediados de enero.

Los envíos al extranjero son a menudo simbólicos (20.000 dosis a Bolivia, por ejemplo). En algunos casos no ha sido revelado. Argentina informó de los primeros retrasos, tras haber encargado 19,4 millones de dosis hasta fines de febrero.

Más que exportar, Moscú quiere en realidad desarrollar proyectos de cooperación para producir la vacuna en fábricas locales. Por el momento, Kazajistán, India, Corea del Sur y Brasil producen la Sputnik V. Pero no todos la utilizan aún.

OTRAS VACUNAS RUSAS

Se esperan al menos tres vacunas más anti-covid en Rusia en los próximos meses. La Sputnik V, vacuna de vector viral en dos inyecciones, tendrá una versión «light», de una sola dosis.

Durante febrero está previsto el lanzamiento de la producción masiva de la vacuna EpiVacCorona, que fue desarrollada por el laboratorio estatal Vektor. Según el gobierno ruso una tercera vacuna tiene que ser homologada: la CoviVac del instituto Shumakov, también estatal.

Por último, el laboratorio AstraZeneca y los inventores de la Sputnik V han dicho que trabajan para combinar sus respectivas vacunas.

Consulte la noticia original en https://www.portafolio.co[:en]https://www.portafolio.co – To do this, the Russian authorities are ready to take shortcuts. In the spring of 2020, the director of the Gamaleya research institute, Alexander Guintsburg, boasts of having developed the product.

He injected himself with an experimental version of what would become Sputnik V. On August 11, Putin announced the homologation of the world’s first anti-coronavirus vaccine, a proclamation received with skepticism abroad, as it has only been tested in a few dozen military personnel.

In fact, even before the Phase 3 trials with tens of thousands of volunteers, the Russian elite already had the product, as happened with one of Putin’s daughters. Vaccination of the population began in December 2020, while Europe and the United States distributed the first vaccines developed by their pharmaceutical firms.

Ambitions

For the Kremlin, the vaccine demonstrates the excellence of a Russia despised and sanctioned by the West. Putin calls Sputnik V the ‘best vaccine in the world’.

The choice of name is highly symbolic. It is a tribute to the world’s first satellite, launched by the Soviet Union in 1957, and recalls a scientific feat and a harsh defeat for the arch-enemy United States.

It is also about the return of Russian research to the world’s scientific elite. This sector had been heavily affected by crises and corruption since the fall of the USSR. Russia quickly demonstrated its willingness to distribute the vaccine around the world, to prove that it knew how to do more than export arms, minerals and hydrocarbons.

Sputnik V was approved in more than fifteen countries: from former Soviet neighbors such as Belarus or Armenia to allies such as Venezuela and Iran, but also in South Korea, Argentina, Algeria, Tunisia and Pakistan.

SPUTNIK V IN EUROPE?

The Russian vaccine was treated for a long time with distrust due to the Russian rush and the absence of published scientific data. The Russian sovereign wealth fund, which was involved in the development of Sputnik V, announced on 20 January that it had initiated the approval procedure with the European Medicines Agency (EMA).

Viktor Orban’s Hungary did so separately, denouncing European slowness. German Chancellor Angela Merkel proposed German aid for this European procedure and a possible ‘joint production’.

PRODUCTION CAPACITY

Russia claims to have received orders for more than a billion doses but is not able to meet such a demand. No official source has clearly stated how many doses have been manufactured or distributed so far. Authorities have only reported 1.5 million injections worldwide as of mid-January.

Overseas shipments are often symbolic (20,000 doses to Bolivia, for example). In some cases, it has not been revealed. Argentina reported the first delays, having ordered 19.4 million doses by the end of February.

Rather than exporting, Moscow wants to develop cooperative projects to produce the vaccine in local factories. Now, Kazakhstan, India, South Korea and Brazil produce Sputnik V. But not everyone uses it yet.

OTHER RUSSIAN VACCINES

At least three more anti-vid vaccines are expected in Russia in the coming months. Sputnik V, a two-shot viral vector vaccine, will have a ‘light’ version, with a single dose.

During February the launch of the mass production of the EpiVacCorona vaccine, which was developed by the state laboratory Vektor, is planned. According to the Russian government a third vaccine must be approved: the CoviVac of the Shumakov Institute, also state.

Finally, the AstraZeneca laboratory and the inventors of Sputnik V have said they are working to combine their respective vaccines.

See the original article at https://www.portafolio.co[:pb]https://www.portafolio.co – Desde as primeiras semanas da pandemia, o presidente russo ordenou que o aparato científico, político e militar fosse lançado à batalha para que a Rússia fosse a primeira a desenvolver uma vacina.

Para isso, as autoridades russas estão prontas para pegar atalhos. Na primavera de 2020, o diretor do instituto de pesquisa Gamaleya, Alexander Guintsburg se orgulhava de ter desenvolvido o produto.

Ele tomou uma versão experimental do que viria a ser o Sputnik V. Em 11 de agosto, Putin anuncia a homologação da primeira vacina contra o coronavírus do mundo, uma proclamação recebida com ceticismo no exterior, pois só foi testada em algumas dezenas de militares.

Na verdade, mesmo antes dos testes de Fase 3 com dezenas de milhares de voluntários, o produto já estava disponível para a elite russa, assim como uma das filhas de Putin. A vacinação da população começou em dezembro de 2020, ao mesmo tempo que a Europa e os Estados Unidos distribuíam as primeiras vacinas desenvolvidas por suas empresas farmacêuticas.

Ambições

Para o Kremlin, a vacina demonstra a excelência de uma Rússia desprezada e sancionada pelo Ocidente. Putin considera a Sputnik V a “melhor vacina do mundo”.

A escolha do nome é altamente simbólica. Trata-se de uma homenagem ao primeiro satélite do mundo, lançado pela União Soviética em 1957, e lembra um feito científico e uma dura derrota para o arquiinimigo, os Estados Unidos.

É também sobre o retorno da pesquisa russa à elite científica mundial. Este setor foi gravemente afetado por crises e corrupção desde a queda da URSS. A Rússia rapidamente demonstrou sua disposição de distribuir a vacina em todo o mundo, para provar que sabia fazer mais do que exportar armas, minerais e hidrocarbonetos.

A Sputnik V foi homologada em mais de quinze países: desde ex-vizinhos soviéticos como Bielo-Rússia ou Armênia até aliados como a Venezuela e Irã, mas também na Coréia do Sul, Argentina, Argélia, Tunísia e Paquistão.

O SPUTNIK V NA EUROPA?

A vacina russa por muito tempo foi tratada com desconfiança devido à corrida russa e à ausência de dados científicos publicados. O fundo soberano russo, que participou do desenvolvimento da Sputnik V, anunciou em 20 de janeiro que havia iniciado o procedimento de aprovação na Agência Europeia de Medicamentos (EMA).

A Hungria de Viktor Orban o fez separadamente, denunciando a lentidão europeia. A chanceler alemã, Angela Merkel, propôs uma ajuda alemã para esse procedimento europeu e uma possível “produção conjunta”.

Capacidade de produção:

A Rússia afirma ter recebido pedidos de mais de 1 bilhão de doses, mas não consegue atender a essa demanda. Nenhuma fonte oficial foi clara sobre quantas doses foram fabricadas ou distribuídas até agora. As autoridades falaram apenas de 1,5 milhão de injeções em todo o mundo até meados de janeiro.

Os envios para o exterior costumam ser simbólicos (20.000 doses para a Bolívia, por exemplo). Em alguns casos, não foi divulgado. A Argentina registrou os primeiros atrasos, tendo encomendado 19,4 milhões de doses até o final de fevereiro.

Em vez de exportar, Moscou quer desenvolver projetos de cooperação para produzir a vacina em fábricas locais. No momento, Cazaquistão, Índia, Coréia do Sul e Brasil produzem a Sputnik V, mas nem todos a usam ainda.

OUTRAS VACINAS RUSSA

Pelo menos mais três vacinas anti-covid são esperadas na Rússia nos próximos meses. A Sputnik V, vacina de vetor viral em duas injeções, terá uma versão “light”, em dose única.

Está previsto para fevereiro o lançamento da produção em massa da vacina EpiVacCorona, desenvolvida pelo laboratório estatal Vektor. Segundo o governo russo, uma terceira vacina precisa ser aprovada: a CoviVac do instituto Shumakov, também estatal.

Por último, o laboratório AstraZeneca e os inventores da Sputnik V disseram que estão trabalhando para combinar suas respectivas vacinas.

Veja a notícia original em https://www.portafolio.co[:]