https://www.bbc.com/ – Entre todos los miembros suman casi un tercio de la población mundial y el 29% del Producto Interno Bruto del planeta.
El acuerdo, que lleva el nombre de RCEP (siglas en inglés de Regional Comprehensive Economic Partnership, Alianza Integradora Económica Regional), será mayor que el de T-MEC (Estados Unidos, México y Canadá) y que la Unión Europea.
India también formó parte de las negociaciones, pero se retiró el año pasado por su preocupación de que la reducción de aranceles perjudicaran a sus productores.
El nuevo bloque comercial está formado por 15 países.
Muchos de los países miembros ya tienen tratados de libre comercio entre sí, pero con limitaciones.
«Los tratados de libre comercio existentes pueden resultar muy complejos en comparación con el RCEP», dice Deborah Elms, de la organización Asian Trade Centre, a Tim McDonald, corresponsal de la BBC en Singapur.
Negocios que se basan en cadenas globales de suministro podían verse afectados por los aranceles, pese a que existiera un tratado de libre comercio, porque sus productos tenían componentes hechos en otro lugar.
Un producto hecho en Indonesia que contiene partes fabricadas en Australia, por ejemplo, podía ser gravado con aranceles.
Bajo el RCEP, sin embargo, los componentes de cualquier país miembro serán tratados igual, lo que podría dar a las compañías de los países RCEP un incentivo para asociarse con proveedores de la nueva alianza regional.
¿Cuál es su importancia geopolítica?
La idea del RCEP nació en 2012 y fue vista como una forma de China, el mayor importador y exportador de la región, de contrarrestar la influencia que Estados Unidos estaba tomando en Asia-Pacífico bajo el gobierno de Barack Obama.
Obama había promovido el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (Trans-Pacific Partnership o TPP), del que formaban parte México, Chile y Perú, y no China.
El interés en el RCEP creció cuando Trump retiró del TPP en 2017 a su país, que era el arquitecto del acuerdo y cuya economía abarcaba dos terceras partes de la del bloque.
De hecho, la guerra comercial entre Estados Unidos y China y que Trump haya privilegiado el «Estados Unidos primero» y acabado con la idea de Obama de mirar más hacia Asia ha servido para impulsar y completar RCEP, que es visto como la oportunidad de Pekín de establecer la agenda comercial regional en ausencia de Washington.
Como fuente clave de importaciones y principal destino de exportaciones para la mayoría de miembros del RCEP, China parece ser el principal beneficiado y está bien posicionado para influir en las normas comerciales y expandir su influencia en Asia-Pacífico, algo que Obama quería prevenir.
¿Cambiará algo la presidencia de Biden?
El comercio internacional estuvo mucho menos en la agenda en esta campaña presidencial y Biden ha dicho relativamente poco sobre si su política comercial cambiará significativamente ni sobre si reconsiderará entrar en el TPP.
Biden apuesta por regresar a una política de multilateralismo, como Obama, pero es prematuro hablar de acuerdos comerciales dados los enormes retos que enfrenta a nivel interno.
Y se arriesga a que sea percibido como algo que perjudica a los sindicatos que le ayudaron a conseguir el triunfo en los estados del cinturón industrial.
Se espera que sus prioridades comerciales se centren en trabajar con aliados para presionar a China y forzar cambios en la Organización Mundial de Comercio.
Regresar a lo que era el TPP podría no ocurrir a corto plazo.
Los sindicatos y progresistas que respaldaron la elección de Biden se han mostrado escépticos sobre los acuerdos de libre comercio y representantes de estos grupos están presentes en su equipo de transición. Es posible que defiendan ciertas protecciones a industrias vulnerables como el acero y el aluminio.
Si Biden decide volver a reconectar con Asia-Pacífico, podría actuar como contrabalance de China.
¿Cómo afecta a América Latina?
El comercio bilateral entre Asia y América Latina ha crecido de forma continua en las últimas décadas, pero la integración entre ambas regiones tiene mucho margen de mejora.
«A corto plazo, el RCEP puede causar algún desvío comercial, limitar el crecimiento en el comercio entre América Latina y Asia», dice a BBC Mundo Jack Caporal, experto en comercio del Center for Strategic & International Studies (CSIS), con sede en Washington.
«Sin embargo las normas comunes harán más fácil para las compañías de América Latina con presencia en Asia hacer negocios allí», afirma Caporal.
«Una cuestión importante para los países de América Latina es si persiguen la integración con Asia individualmente o de forma conjunta como a través de la alianza del Pacífico (TPP) o Mercosur», agrega.
«Desde que el comercio entre América Latina y China explotó en los años 2000, liderado casi en exclusiva por el rápido crecimiento de China y su necesidad de materias primas, los países de la región han buscado una mayor integración con Asia en general, no sólo con China sino en particular con Japón Corea del Sur e India», dice a BBC Mundo Cynthia Arnson, experta del Wilson Center en las relaciones entre ambas regiones.
Arnson afirma que ese era el espíritu del TPP, ahora diezmado sin Estados Unidos.
«A menos que el gobierno de Biden regrese al TPP, los países de América Latina se verán atraídos a la mayor cuota de mercado en Asia que ahora está representada por el RCEP», agrega.
Nicolás Albertoni, profesor de la Universidad Católica del Uruguay e investigador asociado del Laboratorio de Política Internacional y Seguridad de University of Southern California, cree que es una «desventaja» para los países que no forman parte de este tipo de megaacuerdos.
«Es clave que los países de América Latina (principalmente del Cono Sur) que no son parte vayan a tocar la puerta y pidan ser parte de estos acuerdos», le dice a BBC Mundo.
«Poco ambicioso»
Aunque el RCEP fue una iniciativa de los diez países de la Asean, muchos la consideran una alternativa respaldada por China al TPP, una propuesta de acuerdo que excluye a China pero incluye a muchos países asiáticos.
Doce naciones, entre ellas Chile, México y Perú, firmaron el TPP en 2016 antes de que Trump retirara a su país del acuerdo en 2017.
Sin Estados Unidos, el resto de países firmó el CPTPP.
Aunque incluye a menos países, el CPTPP reduce aún más los aranceles que el RCEP e incluye provisiones sobre empleo y medio ambiente.
El ex primer ministro de Australia Malcolm Turnbull criticó el nuevo acuerdo por anticuado.
«Habrá bombos y platillos por la firma y la entrada en vigor del RCEP, pero es un acuerdo comercial poco ambicioso, no deberíamos engañarnos», dijo Turnbull, que firmó en nombre de su país el TPP.
Activistas temen la falta de provisiones para proteger a los trabajadores y el medio ambiente y que perjudique a granjeros y negocios pequeños en un momento en el que ya están sufriendo por la pandemia.
Diferencias a un lado
En lo positivo, el RCEP une a países que a menudo han mantenido relaciones espinosas, como es el caso de China y Japón.
Tanto Australia como China se suman al acuerdo a pesar de los reportes de que China podría boicotear algunas importaciones de Australia por diferencias políticas.
«Uno puede cooperar con alguien o simplemente odiarlo, como pasa con las personas. El RCEP ha hecho un trabajo impresionante en separarse de otras disputas», dice Elms.
Consulte la noticia original en: https://www.bbc.com/
https://www.bbc.com/ – Among all the members are almost a third of the world’s population and 29% of the planet’s Gross Domestic Product.
The agreement, called RCEP (Regional Comprehensive Economic Partnership, Regional Economic Integration Partnership), will be larger than the T-MEC (United States, Mexico and Canada) and the European Union.
India was also part of the negotiations but withdrew last year because of its concern that tariff cuts would harm its producers.
The new trade agreement is made up of 15 countries.
Many member countries already have free trade agreements with each other, but with limitations.
«Existing free trade agreements can be very complex compared to the RCEP», says Deborah Elms of the Asian Trade Centre, to Tim McDonald, BBC correspondent in Singapore.
Businesses that rely on global supply chains could be affected by tariffs, despite the existence of a free trade agreement, because their products had components made elsewhere.
A product made in Indonesia that contains parts manufactured in Australia, for example, could be taxed.
Under the RCEP, however, components from any member country will be treated equally, which could give companies from RCEP countries an incentive to partner with suppliers from the new regional alliance.
What is its geopolitical importance?
The RCEP idea was born in 2012 and was a way for China, the region’s largest importer and exporter, to counteract the influence the US was taking in Asia-Pacific under Barack Obama.
Obama had promoted the Trans-Pacific Partnership (TPP), which included Mexico, Chile, and Peru, not China.
Interest in the RCEP grew when Trump withdrew from the TPP in 2017 to his country, which was the architect of the agreement and whose economy covered two-thirds of that of the block.
In fact, the trade war between the United States and China and the fact that Trump has privileged the «United States first» and ended Obama’s idea of looking more towards Asia has served to boost and complete RCEP, which is seen as Beijing’s opportunity to set the regional trade agenda in Washington’s absence.
As a key source of imports and main export destination for most RCEP members, China appears to be the main beneficiary and is well positioned to influence trade rules and expand its influence in Asia-Pacific, something Obama wanted to prevent.
Will Biden’s presidency change anything?
International trade was far less on the agenda in this presidential campaign and Biden has said relatively little about whether his trade policy will change significantly or whether he will reconsider entering the TPP.
Biden bets on returning to a policy of multilateralism, like Obama, but it is premature to talk about trade agreements given the enormous challenges he faces domestically.
And its risks being perceived as something that harms the unions that helped him win the industrial belt states.
Its trade priorities are expected to focus on working with partners to pressure China and force changes in the World Trade Organization.
Going back to what TPP was might not happen in the short term.
Trade unions and progressives who supported Biden’s election have been skeptical about free trade agreements and representatives of these groups are present on their transition team. They may defend certain protections for vulnerable industries such as steel and aluminum.
If Biden decides to reconnect with Asia-Pacific, it could act as China’s counterbalance.
How does it affect Latin America?
Bilateral trade between Asia and Latin America has grown steadily in recent decades, but integration between the two regions has much room for improvement.
«In the short term, the RCEP can cause some trade diversion, limit growth in trade between Latin America and Asia», says Jack Caporal, trade expert at the Center for Strategic & International Studies (CSIS), based in Washington, to BBC Mundo.
«However, the common rules will make it easier for Latin American companies with a presence in Asia to do business there», says Caporal.
«An important question for the countries of Latin America is whether they pursue integration with Asia individually or jointly as through the Pacific alliance (TPP) or Mercosur», he adds.
Since trade between Latin America and China exploded in the 2000s, led almost exclusively by China’s rapid growth and its need for raw materials, countries in the region have sought greater integration with Asia in general, not only with China but in particular with Japan South Korea and India», says to BBC Mundo Cynthia Arnson, expert at the Wilson Center on relations between the two regions.
Arnson claims that was the spirit of the TPP, now decimated without the United States.
«Unless the Biden government returns to the TPP, Latin American countries will be attracted to the largest market share in Asia that is now represented by the RCEP», he adds.
Nicolás Albertoni, professor at the Catholic University of Uruguay and associate researcher at the International Policy and Security Laboratory of the University of Southern California, believes that it is a «disadvantage» for countries that are not part of this type of mega-agreements.
«It is key that the countries of Latin America (mainly in the Southern Cone) that are not parties go to the door and ask to be part of these agreements», he tells BBC Mundo.
«Little ambitious»
Although the RCEP was an initiative of the ten Asean countries, many consider it a Chinese-backed alternative to the TPP, a proposed agreement that excludes China but includes many Asian countries.
Twelve nations, including Chile, Mexico and Peru, signed the TPP in 2016 before Trump withdrew his country from the agreement in 2017.
Without the United States, the other countries signed the CPTPP.
Although it includes fewer countries, the CPTPP further reduces tariffs than the RCEP and includes provisions on employment and the environment.
Former Australian Prime Minister Malcolm Turnbull criticized the new deal as outdated.
«There will be a lot of hype about the signing and entry into force of the RCEP, but it’s an ambitious trade agreement, we shouldn’t fool ourselves», said Turnbull, who signed the TPP on behalf of his country.
Activists fear the lack of provisions to protect workers and the environment that harm farmers and small businesses at a time when they are already suffering from the pandemic.
Differences aside
On the positive side, RCEP unites countries that have often had thorny relations, such as China and Japan.
Both Australia and China join the agreement despite reports that China may boycott some imports from Australia due to political differences.
You can cooperate with someone or just hate them, like people do. The RCEP has done an impressive job of separating itself from other disputes», says Elms.
For the original article see: https://www.bbc.com/
[:pb]https://www.bbc.com/ – Entre todos os membros eles respondem por quase um terço da população mundial e 29% do Produto Interno Bruto do planeta.
O acordo, que é chamado de RCEP (sigla em inglês para Regional Comprehensive Economic Partnership, Aliança Integradora Económica Regional), será maior que o T-MEC (Estados Unidos, México e Canadá) e a União Européia.
A Índia também fez parte das negociações, mas desistiu no ano passado por temer que a redução das tarifas prejudicasse seus produtores.
O novo bloco comercial é formado por 15 países.
Muitos dos países membros já têm acordos de livre comércio entre si, mas com limitações.
“Os acordos de livre comércio existentes podem ser muito complexos em comparação com o RCEP” disse Deborah Elms, do Centro de Comércio Asiático para a Tim mcdonald, correspondente da BBC Cingapura.
As empresas que dependem de cadeias de suprimentos globais podem ser afetadas por tarifas, apesar de um acordo de livre comércio, porque seus produtos têm componentes fabricados em outro lugar.
Um produto fabricado na Indonésia contendo peças fabricadas na Austrália, por exemplo, pode estar sujeito a tarifas.
No RCEP, entretanto, os componentes de qualquer país membro serão tratados da mesma forma, o que poderia dar às empresas nos países do RCEP um incentivo para fazer parceria com fornecedores para a nova aliança regional.
Qual é a sua importância geopolítica?
A ideia do RCEP nasceu em 2012 e foi vista como uma forma da China, maior importador e exportador da região, se opor à influência que os Estados Unidos vinham exercendo na Ásia-Pacífico sob o governo de Barack Obama.
Obama havia promovido a Parceria Transpacífico (TPP), da qual faziam parte México, Chile e Peru, e não a China.
O interesse pelo RCEP cresceu quando Trump se retirou do TPP em 2017 para seu país, que era o arquiteto do acordo e cuja economia correspondia a dois terços da do bloco.
Na verdade, a guerra comercial entre os Estados Unidos e a China e que Trump privilegiou a “América primeiro” e que acabou com a ideia de Obama de olhar mais para a Ásia serviu para promover e completar o RCEP, que é visto como uma oportunidade de Pequim para definir a agenda comercial regional na ausência de Washington.
Como principal fonte de importações e principal destino das exportações para a maioria dos membros do RCEP, a China parece ser o principal beneficiário e está bem posicionada para influenciar as regras de comércio e expandir sua influência na Ásia-Pacífico, algo que Obama queria evitar.
A presidência de Biden mudará alguma coisa?
O comércio internacional estava muito menos na agenda nesta campanha presidencial e Biden disse relativamente pouco sobre se sua política comercial mudará significativamente ou se ele reconsiderará entrar no TPP.
Biden está empenhado em retomar uma política de multilateralismo, como Obama, mas é prematuro falar em acordos comerciais, dados os enormes desafios que enfrenta internamente.
E ele corre o risco de ser visto como prejudicando os sindicatos que o ajudaram a vencer nos estados do cinturão industrial.
Espera-se que suas prioridades de negócios se concentrem no trabalho com parceiros pressionar a China e forçar mudanças na Organização Mundial do Comércio.
Voltar ao que era o TPP pode não acontecer a curto prazo.
Os sindicatos e os progressistas que apoiaram a eleição de Biden têm sido céticos em relação aos acordos de livre comércio, e representantes desses grupos estão presentes em sua equipe de transição. Eles podem defender certas proteções para indústrias vulneráveis, como aço e alumínio.
Se Biden decidir se reconectar com a Ásia-Pacífico, poderá atuar como contrapeso da China.
Como isso afeta a América Latina?
O comércio bilateral entre a Ásia e a América Latina cresceu continuamente nas últimas décadas, mas a integração entre as duas regiões ainda tem muito a ser melhorada.
“No curto prazo, o RCEP pode causar algum desvio de comércio, limitar o crescimento do comércio entre a América Latina e a Ásia”, disse Jack Caporal à BBC Mundo, especialista em comércio do Centro de Estudos Estratégicos e Internacionais (CSIS), com sede em Washington.
“No entanto, os padrões comuns tornarão mais fácil para as empresas latino-americanas com presença na Ásia fazerem negócios lá”, diz Caporal.
“Uma questão importante para os países latino-americanos é se eles buscam a integração com a Ásia de forma individual ou conjunta, como por meio da Aliança do Pacífico (TPP) ou do Mercosul”, acrescenta.
“Desde que o comércio entre a América Latina e a China explodiu nos anos 2000, liderado quase exclusivamente pelo rápido crescimento da China e sua necessidade de matérias-primas, os países da região têm buscado uma maior integração com a Ásia em geral, não apenas com a China mas em particular com o Japão, Coreia do Sul e Índia ”, diz ao BBC Mundo Cynthia Arnson, especialista do Wilson Center, nas relações entre as duas regiões.
Arnson afirma que esse era o espírito do TPP, agora dizimado sem os Estados Unidos.
“A menos que o governo Biden volte à TPP, os países latino-americanos serão atraídos pela maior participação de mercado na Ásia que agora é representada pelo RCEP”, acrescenta.
Nicolas Albertoni, professor da Universidade Católica do Uruguai e pesquisador associado do Laboratório de Política e Segurança Internacional da University of Southern California, acredita que é uma “desvantagem” para os países que não fazem parte desse tipo de mega-acordos.
“É fundamental que os países da América Latina (principalmente do Cone Sul) que não são partes batam à porta e peçam para fazer parte desses acordos”, diz à BBC Mundo.
“Sem ambição”
Embora o RCEP tenha sido uma iniciativa dos dez países da Asean, ele é visto por muitos como uma alternativa apoiada pela China ao TPP, um acordo proposto que exclui a China, mas inclui muitos países asiáticos.
Doze nações, incluindo Chile, México e Peru, assinaram o TPP em 2016 antes de Trump retirará seu país do acordo em 2017.
Sem os Estados Unidos, os demais países assinaram a CPTPP.
Embora inclua menos países, o CPTPP reduz as tarifas ainda mais do que o RCEP e inclui disposições sobre emprego e meio ambiente.
O ex-primeiro ministro da Austrália Malcolm Turnbull criticou o novo acordo como desatualizado.
“Haverá exagero sobre a assinatura e entrada em vigor do RCEP, mas é um acordo comercial pouco ambicioso, não devemos nos enganar”, disse Turnbull, que assinou o TPP em nome de seu país.
Os ativistas temem a falta de medidas para proteger os trabalhadores e o meio ambiente e que isso prejudique os agricultores e pequenos negócios em um momento em que eles já estão sofrendo com a pandemia.
Diferenças à parte
Do lado positivo, o RCEP reúne países que costumam ter relacionamentos espinhosos, como China e Japão.
Austrália e China aderem ao acordo, apesar de relatos de que a China pode boicotar algumas importações australianas por causa de diferenças políticas.
“Você pode cooperar com alguém ou apenas odiá-lo, assim como as pessoas. O RCEP fez um trabalho impressionante ao se separar de outras disputas” disse Elms.
Veja a notícia original em: https://www.bbc.com/
[:]