Pese al descenso significativo respecto al ejercicio precedente, en el que se dieron cuatro huracanes consecutivos en la costa atlántica americana), la siniestralidad para el sector supera a la media anual de la última década (71.000 millones de dólares / 62.472 millones de euros). Es más, 2018 pasará a ser el cuarto año más costoso para la industria aseguradora en los cinco años de registros de Sigma.

Las catástrofes naturales representaron 71.000 millones ( 62.472 millones de euros) de las pérdidas aseguradas del año, mientras que los desastres provocados por el hombre suman 8.000 millones (7.039 millones de euros).

Más de 11.000 personas han muerto o han desaparecido en eventos catastróficos en 2018. El terremoto de Sulawesi (Indonesia) de septiembre tuvo el mayor número de víctimas del año, con más de 3.500 muertos o desaparecidos.

SUCESIÓN DE CATÁSTROFES MENORES EN TODO EL MUNDO Y SINESTROS POR EL HOMBRE

La reaseguradora detalla que este año no ha habido un solo evento de catástrofe natural importante (como los huracanes Harvey, Irma, María en 2017). Sin embargo, las pérdidas agregadas de una serie de sucesos de menor o mayor envergadura, junto con algunos desastres de gran envergadura provocados por el hombre, han causado importantes pérdidas aseguradas globales.

“Al igual que el año pasado, las pérdidas de 2018 ponen de manifiesto la vulnerabilidad por la creciente concentración de seres humanos y valores inmobiliarios en las costas y en el espacio urbano-naturaleza”, indica SWISS RE. La mera presencia de activos humanos y materiales en zonas como estas significa que “las condiciones meteorológicas extremas pueden convertirse rápidamente en una catástrofe en términos de pérdidas”.

Ejemplos de los devastadores eventos de catástrofes naturales de este año incluyen los huracanes Michael y Florencia; los tifones Jebi, Trami y Mangkhut; las olas de calor, las sequías y los incendios forestales en Europa y California; el invierno y las tormentas eléctricas en todo el mundo; las inundaciones en Japón y la India; los terremotos en Japón, Indonesia y Papúa Nueva Guinea; y las erupciones volcánicas en Hawái.

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