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ALSUM – En la historia de los desastres por combustión han ocurrido muchos acontecimientos a lo largo de los años, Beirut puso nuevamente el tema en el mapa, sin embargo, Latinoamérica no ha sido la excepción. Con un pequeño recorrido por estos sucesos inicia la conferencia de Miguel, a través de ejemplos como Santa Marta, Bahía Blanca, Punta Alvear, Paraguaná y Tasajera.

Pero entonces ¿qué hacer cuando se transportan materiales peligrosos?, ¿cómo suscribir este riesgo? La recomendación de este experto es recurrir en principio siempre a códigos y reglamentos que controlan estas condiciones a nivel nacional e internacional, aquí el más conocido en el medio “Recomendaciones para el transporte de mercancías peligrosas – reglamentación modelo” de las Naciones Unidas a través del Consejo económico, comúnmente llamado “Libro naranja”.

En el listado también se pueden encontrar el Código IMDG (International Maritime Dangerous Goods Code), el Reglamento relativo del transporte internacional de mercancías peligrosas por ferrocarril – RID, la propuesta de la Organización de Aviación Civil Internacional OACI, entre otros más, sin restarle importancia a la legislación propia de cada territorio.

En el ejercicio de discusión con los demás panelistas, Paul Cáceres, “el suscriptor tiene la tarea de investigar y conocer, las características y naturaleza de la mercancía, a fin de analizar y evaluar todos los factores de riesgo que se encontrarán inmersos en su traslado” Cuando el principal riesgo es la combustión, el deber de la industria es implementar buenas prácticas en el transporte, distribución y almacenamiento de estas sustancias químicas o potencialmente explosivas.

Por su parte René, brinda una serie de recomendaciones a las personas que deben enfrentarse a este proceso de suscripción: contar con personas preparadas al interior de las compañías, quienes estén bien entrenados y conozcan la especificidad del tema; las normas técnicas se tienen que respetar sin lugar a dudas; el embalaje hace la diferencia al transportar estas mercancías, no se puede olvidar su importancia, y tener plenamente identificada la carga, el cliente y la ruta.

En la intervención de Oscar, plantea al grupo de discusión un cuello de botella de este tipo de suscripción, se trata de la gran cantidad de materiales y sus variaciones que se transportan, por ello, más allá de conocer la totalidad de las características, se trata de tener funcionarios capacitados para manejar este tipo de mercancías, pues finalmente cuando sucede el evento no existe ninguna medida correctiva, ya no hay mucho por hacer cuando los daños son evidentes. Lo que se debe trabajar es la prevención.

Para finalizar, Juan Carlos otorga su visión desde la perspectiva de la autoridad portuaria, condensando la inmensa responsabilidad de la vigilancia por parte del puerto en compañía de la autoridad marítima, a través de dos factores muy específicos relacionados con el almacenamiento: el lugar físico donde se deja la carga y el máximo tiempo permitido que puede permanecer allí, ya que los riesgos no se dan únicamente por el nivel de concentración sino también por el tiempo de exposición a una sustancia peligrosa.[:]