Economist Impact – Willis Towers Watson  

Economist Impact con el apoyo de Willis Towers Watson, entrevistó a varios profesionales para comprender las críticas al concepto de ESG y usarlas para mejorarlo, fortalecerlo y aplicarlo.

El posible impacto del calentamiento global por encima de los niveles preindustriales llevará a millones de personas a la pobreza, pondrán en peligro la seguridad alimentaria y afectarán gravemente la salud física y mental de la población mundial. Invertir no solo para proteger los rendimientos sino también para ayudar a mitigar los impactos del cambio climático, será cada vez más desafiante.

Los jefes de las principales empresas de servicios financieros se han unido a los directores ejecutivos de corporaciones globales no solo para aceptar la ciencia del cambio climático, sino también para aceptar su papel en el liderazgo de la transición hacia el cero neto. Al mismo tiempo, estos líderes miran más allá del problema del cambio climático a otros problemas ambientales como la escasez de agua o la pérdida de biodiversidad, y a una variedad de problemas sociales como la justicia racial y los derechos humanos.

La opinión pública, la presión de los inversionistas y la regulación están impulsando el cambio. Las empresas que experimentan incidentes relacionados con los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) de altos a severos pierden en promedio el 6% de su capitalización de mercado. A las compañías que no promocionan sus credenciales ESG les resulta cada vez más difícil contratar y retener empleados: más de la mitad (58 %) de los empleados tienen en cuenta los compromisos de una empresa al elegir un trabajo. Por otro lado, los activos que integran los criterios ESG crecieron de 30,6 billones en 2018 a 35 billones de dólares en 2020, lo que ahora representa un tercio de los activos globales bajo gestión, y se prevé que superen los 41 billones en 2022 y los 50 billones de dólares en 2025.

A medida que ha crecido la adopción de ESG, se han generado algunas críticas útiles de aquellos que están de acuerdo con el concepto pero condenan algunos de sus elementos como ineficaces o falsos.  Comprender la evolución de los factores ambientales, sociales y de gobernanza, es importante para la industria de servicios financieros, las corporaciones que utilizan cada vez estos criterios para guiar sus decisiones comerciales y los reguladores que trabajan para que las economías sirvan mejor a las personas y al planeta.

Actualmente ante el aumento de la inflación y las tasas de interés, la consiguiente incertidumbre del mercado,  la desaceleración económica, muchos de los problemas que ESG pretende resolver se están exacerbando. Debido al impacto de la pandemia y la guerra en Ucrania, estos factores enfrentan un fuerte desafío.

  1. Dolores de crecimiento

El éxito suele atraer tanto a los que saltan al tren como a los críticos Algunos están acusados de “lavado verde” (greenwashing), es decir, dar una impresión falsa o proporcionar información engañosa sobre el impacto ambiental positivo de una inversión. A otros se les reprocha el delito menor de “deseo verde” (greenwishing) que es cuando los inversores bien intencionados, sin darse cuenta, exageran el impacto positivo de sus esfuerzos. Otros desafíos tienen su origen en el ámbito político y se basan en una disputa filosófica con el concepto de ESG o regulaciones que van en contra de su implementación.

Del nicho a la corriente principal: 

Desde su creación en 2006, el número de inversionistas signatarios de los Principios de la ONU para la Inversión Responsable (PRI) ha aumentado de 63 con US$6,5 billones de activos bajo administración (AUM) a más de 5000 signatarios con US$121 billones AUM. El último desarrollo para dar forma a los informes corporativos de ESG es la creación de la Junta de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB) por parte de la Junta de Normas Internacionales de Contabilidad (IASB), que desarrolla y aprueba las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF). Dado que las NIIF se utilizan en 140 países, se espera que los requisitos de divulgación de la ISSB se conviertan en un estándar mundial.

Algunos reguladores están apoyando la divulgación, al menos para el cambio climático. El Reino Unido está haciendo obligatorio para las empresas la presentación de informes sobre el marco de Divulgaciones financieras relacionadas con el clima (TCFD) del Grupo de trabajo de la Junta de Estabilidad Financiera.  La Unión Europea está implementando la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD), que cubre los impactos ambientales y sociales. La incorporación de consideraciones ESG en las estrategias comerciales ha pasado de ser un nicho a una corriente principal y, más recientemente, incitó a los inversores a incorporar estos factores en las decisiones de inversión.

  1. Entendiendo la crítica

Gran parte del trabajo reciente de los reguladores para mejorar la inversión ESG se ha centrado en el greenwashing y greenwishing, esencialmente diciéndole a la industria que debe ser más clara con su lenguaje para separar la intención de la acción. La FCA del Reino Unido realizó una investigación sobre cómo reaccionan los consumidores a las afirmaciones de sostenibilidad de los fondos y cómo las utilizan para tomar decisiones de inversión; descubriendo que las etiquetas son importantes y que los consumidores no son muy buenos para identificar cuales son exageradas o engañosas, algo que debe cambiar.

Problemas con el lenguaje y las etiquetas:

Los reguladores están tratando de resolver el problema con las etiquetas y el lenguaje, tomando medidas enérgicas. Por ejemplo, en Estados Unidos se multó al asesor de inversiones de BNY Mellon con 1,5 millones de dólares por “declaraciones erróneas y omisiones” sobre su enfoque ESG. Los críticos dentro de la industria argumentan que los datos o las calificaciones de ESG son bases inestables para un análisis útil y de hecho permiten jugar con el sistema; ya que el prometido “ganar-ganar” de beneficiarse haciendo el bien es imposible dentro de una estructura de mercado actual, que ignora muchas externalidades.

¿Cambio o percepción del cambio?:

A la mayoría de los inversores, ya sean minoristas o institucionales, les gusta la idea de que pueden obtener un buen rendimiento al mismo tiempo que tienen un impacto positivo en el mundo. El Sr. Austin, quien acuñó el término greenwishing, cuestiona si los inversionistas de ESG pueden conectar de manera creíble sus acciones con las mejoras que importan y si es capaz de crear el tipo de cambio a gran escala que se necesita para abordar problemas como el calentamiento global. La implementación de los factores ha acelerado en gran medida la conciencia sobre los desafíos de la sostenibilidad y ha catalizado nuevos caminos de innovación,   pero ahora se ha quedado sin fuerza porque no puede proporcionar la aceleración del cambio realmente necesario.

Las limitaciones del compromiso:

Gran parte de la inversión ESG ha evolucionado de una estrategia excluyente a una de compromiso. Los inversionistas argumentan que es mejor comprometerse con las empresas y alentarlas a cambiar (reduciendo sus emisiones, tratando mejor a sus trabajadores, etc.) que retenerles capital (ya que simplemente lo obtendrán de inversionistas menos escrupulosos), y para que esto funcione deben tener claro el cambio que esperan y brindar a las empresas orientación sobre cómo llegar allí. En última instancia, la zanahoria de la inversión debe estar respaldada por el palo de la desinversión, ya que en la última década los inversores de capital privado han invertido más de 1,5 billones de dólares en reservas de combustibles fósiles mientras los recursos públicos intentaban buscar soluciones sostenibles y no se evidencie una transformación real.

  1. Determinar qué medir y cómo

Los inversores sostenibles han generado que en los informes anuales de las empresas se puedan ver los éxitos de los factores ESG, a través de una variedad de indicadores que se han logrado implementar. Las empresas han mejorado no solo en la divulgación de la información sino también en la calidad de los datos.

¿Menos es más?:

La cantidad y el tipo de divulgación se ha disparado impulsada en parte por la regulación  pero principalmente por la demanda de los inversores, aunque más no es necesariamente más. Una queja común es que la gran cantidad de marcos ESG y estándares de informes (más de 600 a partir de 2020) dificulta que las empresas decidan cómo demostrar sus credenciales y que los inversionistas determinen cómo evaluarlas. Una encuesta realizada en julio de 2021 a 300 administradores de activos europeos y estadounidenses realizada por Index Industry Association, encontró que el 61% dijo que hay una falta de métricas significativas y el 58 % se quejó de la falta de estandarización de los datos. Esta situación puede dificultar que la sociedad entienda claramente la información o que pierda confianza en ella.

¿Fundamentos inestables?:

Las calificaciones ESG son un foco frecuente para los críticos, debido a que las empresas pueden tener puntajes muy diferentes de diferentes proveedores, lo que deja a los inversores confundidos acerca de lo que realmente están midiendo. Las diferentes metodologías, así como las diferentes formas de recopilar y de modelar datos que no existen, se suman a la confusión. Aunque buscar el equilibrio es importante, la variedad también permite medir y entender los diferentes factores desde varias perspectivas.

El “capitalismo que niega la externalidad” equivale a un desempeño distorsionado:

Algunos estudios muestran que las empresas mejor calificadas en los factores ESG tienden a superar financieramente a sus pares; por lo tanto, los fondos que las incluyen también tienden a superar al mercado, pero otros análisis cuestionan el resultado. Las compañías y los inversionistas deberán calcular correctamente los costos de las externalidades en los modelos comerciales, ya que en el sistema actual, actuar de manera irresponsable no siempre tiene un impacto negativo en una empresa.

  1. Evolución de ESG

Las divulgaciones de informes que presentan los reguladores son un paso en el proceso para ayudar a que la integración de ESG continúe evolucionando y mejorando.

 Creando claridad:

Es visto positivamente la taxonomía verde de la UE y otras taxonomías en desarrollo en todo el mundo que intentan definir qué actividades económicas pueden considerarse ambiental y socialmente sostenibles. Sin embargo, esta proliferación en realidad podría no resolver el problema del lavado verde, ya que una actividad que se considera verde (porque está alineada con la taxonomía) en un país puede no serlo en otro. Aunque falta claridad, las intenciones de los reguladores son vistas con buenos ojos, ya que nadie realmente quiere que su dinero se invierta de una manera que perjudique su futuro o el futuro de sus hijos.

Mejorando las calificaciones:

Los reguladores también se están centrando en las calificaciones ESG, ya que se encontró que el 80% del mercado apoya la intervención legislativa. Los temas clave citados fueron mejorar la transparencia en la metodología, reducir los conflictos de intereses, aumentar la confiabilidad, aclarar los objetivos de los diferentes tipos y aclarar qué significan o qué capturan. Aunque se busque la uniformidad se debe comprender que las calificaciones ESG tienen diferentes objetivos y metodologías, por lo tanto no pueden ser iguales. También se necesitan mejoras en la consistencia y calidad de los datos, por lo que la implementación de las normas de contabilidad a nivel internacional puede ser un gran paso para lograrlo.

Una solución conjunta:

El éxito de la implementación de los factores ESG dependerá del trabajo conjunto entre los gobiernos, el mercado y la sociedad. También es importante mejorar la educación financiera para que todos tengan una comprensión básica de lo que significa ciudadanía dentro de las inversiones y las pensiones, o cómo detectar el greenwashing. Se requiere una acción enérgica del gobierno para hacer de la sostenibilidad no solo una oportunidad de mercado sino también una obligación moral. Empoderar a los inversores individuales con la educación financiera adecuada conducirá a una demanda más informada de administración y en última instancia, a una mejor protección contra las fallas del mercado.

Aunque los defensores y críticos de ESG pueden estar en desacuerdo sobre quién debe tomar la iniciativa, es hora de reexaminar los roles y entender que las diferentes partes interesadas pueden moverse a diferentes ritmos en diferentes regiones, pero la dirección del viaje debe ser la misma. Se necesita un debate sólido que reconozca dónde se pueden realizar mejoras (en el caso del lenguaje y las etiquetas, la divulgación y las calificaciones) y dónde se requiere una transformación total (ya no negar las externalidades y empoderar verdaderamente a los inversores) para rediseñar un sistema global que permita un cambio real y lograr la promesa de la incorporación efectiva de ESG.

 

Consulte el artículo completo en: https://www.wtwco.com/en-US/Insights/2022/12/pushing-back-moving-forward-understanding-the-evolution-of-esg[:en]