ALSUM entrevistó a Arturo Posada, Vicepresidente Senior y jefe de Marine de Liberty Specialty Markets Latam, sobre el endurecimiento del mercado de cascos. En este artículo se presentan sus principales reflexiones.

Tendencias

Después de muchos años de resultados técnicos adversos, la pérdida de  capacidad a raíz de las grandes fusiones de compañías de seguros, la no renovación de facilidades de suscripción y los altos costos administrativos, hacia finales de 2018 el mercado internacional de seguros Marítimos empezó a endurecerse; debido a estas dificultades en la rentabilidad, la línea de Cascos no pudo continuar siendo compensada con los buenos resultados de transporte, y se vislumbró la realidad de Cascos: una línea que, para la gran mayoría de compañías, genera pérdidas continuamente y que en los últimos años ha visto una reducción significativa en la cartera total de cliente, cayendo del 50% al 30%.

En los últimos dos años hemos experimentado un mercado en transición en el que se ha evidenciado un progresivo endurecimiento en las condiciones de contratación de las protecciones de Cascos, tales como:

– La reducción de los actores del mercado, incluyendo el cierre de algunas aseguradoras o sindicatos de Lloyd’s y la decisión de otros sindicatos y reaseguradores de dejar de suscribir el ramo de Cascos.

– El aumento continuo de la siniestralidad de las embarcaciones, principalmente debido a la antigüedad de las flotas y a su falta de mantenimiento.

– Aumento de las primas, para iniciar la recuperación las pérdidas de tantos años en esta línea de negocio.

– Restricción de condiciones que se habían ampliado durante el mercado blando.

En Latinoamérica, Cascos empezó a ser la línea que más pérdidas estaba generando en la industria marítima. Las tasas estaban muy abajo del mínimo necesario para cubrir la siniestralidad base. La disminución de capacidad y la necesidad de incrementar la eficiencia operativa causaron un alza en las tasas. Durante el 2019 y el 2020 las tasas se incrementaron de manera generalizada, con aumentos anuales de hasta un 40 o 50%.

Para Arturo Posada, Vicepresidente Senior y jefe de Marine de Liberty Specialty Markets Latam seguimos en un ciclo duro del mercado principalmente porque todavía hay muchas cuentas que no han sido ajustadas a las tasas adecuadas; “estamos buscando un incremento del 30%, en promedio, en nuestra cartera, porque sabemos que todavía estamos por debajo de una tasa técnica”, aseguró Posada. En 2021 seguimos viendo que las tasas se están incrementando y si bien han llegado nuevos actores para la suscripción de esta línea, los implicados consideran que no cuentan con la capacidad suficiente para aportar al mejoramiento del mercado.

Así mismo, el mercado asegurador de Cascos ha adelantado importantes revisiones tanto en precios como en coberturas: “Actualmente, estamos revisando nuestro portafolio proponiendo incrementos en deducibles y en tasas y exigencia de garantías; en las cuentas que estén muy mal tarificadas, las tasas pueden duplicarse y no hay capacidad. Los brokers y las compañías de seguros tienen que aumentar las tasas porque no cuentan con más capacidad para suscribir; básicamente, si las condiciones no son aceptables, no se pueden renovar las cuentas”, puntualizó Posada sobre el tema.

A todo esto, se suma la pandemia por Covid-19 que implicó una disminución en la operación de algunas de las industrias marítimas, bien sea por inactividad en su industria, por enfermedad y atención de sus tripulaciones o por limpieza de las embarcaciones, lo que implicó la devolución de primas, influyendo en los resultados.

Adicional a lo anterior, para el jefe de Marine de Liberty Specialty Markets Latam, una de las principales causas de la situación actual radica en la antigüedad de las flotas latinoamericanas y el bajo nivel de mantenimiento de las embarcaciones, lo que ha llevado al aumento en los siniestros de maquinaria, si bien se presentan colisiones y daños totales, la frecuencia y la severidad está asociada a la maquinaria. Muy pocas de las embarcaciones de Latinoamérica están clasificadas por los altos costos en los que se incurre para mantener la clase, lo que implica que no hay una entidad que regule su mantenimiento y condición mecánica para operar. Los armadores se limitan a dar un mantenimiento básico para que la Autoridad Marítima los habilite para navegar.

Por lo anterior, desde los comités técnicos de ALSUM hemos hecho continuos llamados a la conciencia del mantenimiento a las flotas, principalmente en embarcaciones de mayor antigüedad, a las que no se les ha hecho un trabajo riguroso de prevención y empiezan a presentar mayores daños. Esto incrementa la volatilidad de la línea, la severidad de las pérdidas y la rentabilidad.

¿Qué opciones hay para lograr mejorar la situación de la línea de negocios?

Lo más importante es alcanzar un nivel técnico de suscripción, es decir, tasas que permitan cubrir no solamente la siniestralidad promedio, sino los costos administrativos y de capital de las compañías de seguros, los cuales se han ignorado en la baja de tasas. En este sentido, Arturo Posada propone eliminar los descuentos que anteriormente se venían dando año tras año, y en cambio, mantener o incrementar la tasa de acuerdo con las necesidades de cada cuenta, incluyendo el establecimiento de garantías mínimas de mantenimiento de las embarcaciones, inspecciones regulares y cláusulas de cumplimiento con consecuencias claras sobre la cobertura en caso de pérdida.

Este artículo hace parte de la Revista ALSUM #14.


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