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En esta oportunidad la séptima edición de la Revista ALSUM presenta este artículo que examina la manera en que se sigue evolucionando el riesgo de violencia política, el porque es pertinente al negocio de seguros marítimos y de transportes, y cómo las aseguradoras y los reaseguradores tendrán que reinventarse para satisfacer las necesidades de sus clientes.

 

Este documento fue escrito por:

Michael Yeats

Head of Marine LatAm & Iberia Regions en Munich Re, y miembro de la Junta Directiva de ALSUM

Correo electrónico: MYeats@munichre.com

 

El desafío de terrorismo y violencia política representa un problema que amenaza al comercio global más que nunca, y los métodos de los terroristas constantemente están cambiando. La respuesta de cobertura que propone el gremio (re)asegurador también tiene que adaptarse a esas nuevas realidades. En ese sentido, procuraremos entender primero cuál es la situación actual que enfrentan nuestros países latinoamericanos, miraremos cómo esta situación está evolucionando y evaluaremos si la oferta actual de nuestro gremio (re)asegurador se está ajustando a las necesidades del mercado.

Según IHS Market Insight, solo en los últimos dos años se han observado, especialmente en Colombia y en México, incidentes de conmoción civil que han impactado la cadena logística y el comercio internacional de estos dos países:

  • En Manzanillo, Colima, los manifestantes protestaron contra el aumento de los precios del combustible y bloquearon el acceso a la terminal portuaria (07/01/2017).
  • En Uribia, La Guajira, la policía expulsó a manifestantes indígenas que habían bloqueado la línea ferroviaria que conecta la mina de carbón Cerrejón con las instalaciones portuarias (05/02/2017).
  • En el puerto de Veracruz, un grupo armado irrumpió en una instalación portuaria, secuestró a dos trabajadores y robó dinero para ser utilizado para bonificaciones de empleados estatales; en protesta, los trabajadores portuarios bloquearon posteriormente un camino (14/12/2016).
  • En Salina Cruz, Oaxaca, la población local bloqueó el acceso a una terminal portuaria de Pemex para protestar contra la participación de una empresa privada en la recolección de escombros.
  • En Buenaventura, Colombia, la población local también bloqueó el acceso al puerto de Buenaventura e incendió varios camiones y su carga. Se reportaron más de USD $20.000.000 en daños (2017).

Como ejemplo tenemos el paro camionero que se desarrolló en Colombia durante más de 50 días, a mediados de 2016. En relación con este hecho, el periódico colombiano El Tiempo reportó que, además de los daños a las tractomulas, más de USD $2.000.000 de carga perecible se pudrió, no por los daños causados directamente por los huelguistas, sino por la falta de acceso y las carreteras bloqueadas. Si estudiamos las cláusulas de carga de Londres, nos damos cuenta de que aun con las extensiones de huelga, motín y conmoción civil, no existe cobertura para tales pérdidas, ya que las mismas cláusulas dan cobertura solamente cuando el daño haya sido causado ‘directamente’ por los huelguistas (y en este caso fue la falta de acceso la que provocó los daños, pero no un contacto directo con los huelguistas).

Desde la óptica de seguros de transportes, ¿por qué no podemos incluir y tarifar estos riesgos? Se podría crear un producto que responda ante tales escenarios o simplemente permitir un ‘buy-back’ de ciertas coberturas (entre ellos: daños a perecibles provocados por huelguistas, por falta de acceso debido a disputas laborales, por conmoción civil, producidos por personas motivadas por ideologías religiosas, políticas, etc.).

En el ramo de propiedad, o aun dentro de lo denominado ‘inland marine’ (incluyendo coberturas del ramo de ingeniería o Construcción Todo-Riesgo), encontraremos soluciones ya prescritas y más variadas. Por ejemplo, es común en nuestros países que en property/engineering se venda la LMA 3030, que cubre solo terrorismo y sabotaje. Si uno desea protegerse un poco más puede comprar terrorismo, sabotaje, huelgas, disturbios y conmociones civiles (LMA3092). Inclusive es posible comprar la denominada ‘violencia política’ completa, que abarca todo lo anteriormente mencionado, más insurrección, más rebelión y hasta guerra, en algunos casos.

Esas distinciones reconocen la naturaleza cambiante del terrorismo. Donde antes en Colombia, por ejemplo, veíamos grupos organizados terroristas (como las FARC, entre otros), hoy día puede ser más común enfrentarse a pequeños carteles o bandas criminales descentralizadas, que no cumplirían la definición antigua de ‘grupos terroristas’. En México también el mercado carece de productos que realmente contemplan la realidad de ahora, en la cual no necesariamente la violencia provenga de manera exclusiva de organizaciones políticas. En Europa se ha vuelto más común observar ataques y tiroteos por parte de personas particulares no afiliadas a grupos terroristas, que lo que puede provenir del mismo Al Qaeda. También el enfoque de los ataques ya no es el mismo: donde antes se buscaba destruir propiedad para generar daños económicos, ahora el sentido está en maximizar la pérdida de vida a fin de producir mayor impacto psicológico. ¿Estamos desarrollando productos que respondan a esas nuevas realidades, como lo hacen nuestros colegas de los ramos de propiedad e ingeniería?

En conclusión, está claro que la misma naturaleza del terrorismo y la violencia política tiende a descentralizarse en la mayoría de los países latinos (con algunas excepciones como Venezuela), y podemos esperar más actividad de bandas y carteles en Colombia y México (diferente a hace algunos años cuando la actividad terrorista era mayormente motivada por la política). Además, la creciente desigualdad en las naciones latinas nos lleva a contemplar una mayor incidencia de huelga y conmoción civil. Es importante que los productos que ofrezcamos a futuro  —sean portuarios, fluviales, de offshore energy o de transporte de carga— puedan proveer una cobertura justa y adecuada a las verdaderas necesidades del mercado, lo cual también servirá para ‘expandir la torta’ de nuestro gremio asegurador marítimo.

Ahora que entendemos el reto del terrorismo en la cadena logística y en el mundo marítimo y de transportes, y ahora que nos hemos sensibilizado frente a la evolución y la naturaleza cambiantes de la violencia política, es fundamental que juntos como gremio trabajemos soluciones que respondan a los ‘gaps’ actuales en nuestras pólizas. Ciertamente nos podemos reinventar para mirar cómo damos respuesta y cómo innovamos las soluciones a las necesidades del mercado, inclusive con soluciones digitales que nos permitirán traer productos de nichos de Londres (trabajando juntos con Lloyd’s), adaptándolos a la realidad local para ‘tropicalizarlos’ a través del Insurtech.

En ALSUM presentaremos algunas de esas soluciones que ya existen (hasta las digitales de Insurtech) para que se empiecen a ofrecer, por lo cual esperamos que nos puedan acompañar en la conferencia anual de octubre en Buenos Aires.

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